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Porque los deseos son como estrellas fugaces sobrevolando nuestras vidas, nunca se sabe cuando se te va a cumplir uno. Pero cuando se cumple, cuando esos deseos se hacen realidad, alargas tu mano hacia el cielo, con la posibilidad de poder rozar las estrellas...y entonces es cuando lo sientes. Ese ínfimo segundo en el que tus dientes y los suyos se rozaron al besaros, el movimiento de sus labios sobre tu oreja, la presa que suponia que te abrazara por la cintura...pero como las estrellas fugaces, los sueños recorren nuestra vida hasta quedar fuera de nuestra vista. Y entonces es cuando solo te queda el recuerdo, y la sensación de pinchazo en el estómago al recordarlo. Aquella estrella, aquel sueño, aquel momento,ÉL.