jueves, 8 de agosto de 2013

Todo lo que podríamos haber sido tú y yo sino fuésemos tú y yo.

Amantes pasajeros,
pasajeros de nuestro tren privado de ida y vuelta de tu cama a la mía.
Pareja de anuncio,
de esas que tienen fechas y se dedican buenos días al oído,
ancianos tomados de la mano en un parque,
o en una plaza, o en una residencia, o compartiendo lecho en el cementerio.
castigo para los muelles del colchón,
día tras día, o noche tras noche, no hablemos del pecado, si no de los pecadores en esta ocasión.
Novios formales,
con formas o sin ellas, salvajes o infantiles, realistas o alocados, tú decides.
Amigos,
o confidentes ocultos tras una taza de café, o una cerveza, dispuestos a escuchar problemas sin ser uno.
Más que amigos,
no recononocidos, o quizás si.
Amigos con derechos, o sin ellos...
con derechos a roces y sin derechos a daños.
Tantas opciones, tantos mundos...
Y acabamos siendo desconocidos,
con opciones...
 a seguir siendo nada.