martes, 25 de junio de 2013

Sueños de una noche de verano. (FICCIÓN)

Y entraste en mi.
Y los nunca se convirtieron en para siempres, el dolor se hizo placentero y el tiempo quedó aplastado entre tu entrepierna y la mía.
Llovían gotas de tu sudor mientras te ahogabas en el mar de mi sexo.
Tuya.
El colchón lleva tatuado nuestro sudor y parece perder la respiración a la vez que yo con tus embestidas. Mis terminaciones se erizan bajo tus caricias y por fin olvido el mundo, porque ahora nuestro universo se reduce a las gotas de aceite que aun resbalan entre nosotros, sujeto plural de la primera persona del placer.
Gimes y me gusta. Mencionas el paraíso y blasfemamos en el nombre de Dios.
He aquí un Adán y una Eva devorando los frutos prohibidos del placer.
Culpables, extasiados, felices.
<<No hay nadie como tú mi amor>>
Y te pierdes en mi pelo, susurrando palabras dulces mientras sonríes y nuestros cuerpos dibujan un camino que recorrer el resto de nuestras vidas.
Arriba, en el cielo, las dos caras de la luna llena se convierten en amantes que se abrazan, fundiéndose, testigos únicos del amor que hemos hecho.

domingo, 16 de junio de 2013

Atentamente, la niña de Marte.

Llegó una tarde de otoño y ya han pasado muchas primaveras desde que decidió quedarse. Ha vivido en la Tierra añorando un poquito cada día su planeta, y aunque busca como volver, algo la invita a quedarse.
La niña de Marte escribe con estrellas desde el día que te conoció y recordó la ingravidez de su planeta con sólo mirarte.Ha descubierto que en tus ojos se encuentra su casa, y en tu boca se promete la falta de oxígeno que tanto añoraba.
 Aún guarda bajo su colchón-nave espacial- el mapa de galaxias que os quedan por descubrir, y promete recorrer toda la vía láctea que forman los lunares de tu espalda si decides cerrar los ojos y volar con ella.
La niña de Marte llora cometas y busca estrellas fugaces capaces de cumplir los sueños que le quedan, vive agarrándose al espacio y hallando sólo vacío en el agujero negro de tus pupilas. Bendita autodestrucción.
No se rinde. A veces mira al cielo, y encuentra una supernova capaz de prometer un amanecer con dos soles, uno en la ventana y otro en su cama.
 Ella no entiende de kilómetros, de horas, de años luz o yo que sé más. A ella no le importan ni la distancia ni el tiempo. Ella lo mide todo en abrazos y momentos.
Le gusta esconderse en los rincones de tu universo. Si algún día no la encuentras, o la hallas distante, búscala en tu sonrisa, en tus pestañas, en la curva de tu cuello,en tus rodillas...
No te des por vencido, no creas que se ha ido...
Cuando menos te lo esperes puede aterrizar en tu boca.