miércoles, 27 de julio de 2016

Nadie escoge su suerte.

Posiblemente
el mayor de mis defectos y la mayor de mis virtudes
vayan de la mano y se resuman en sentir demasiado.
Porque sentir como siento es la única manera que tengo 
de sacar fuera lo que tengo dentro y dártelo.
Que lo que tengo, si aún me queda algo,
es lo poco que me falta por quitarme
de lo mucho que te queda por llevarte de mi.

Te pertenezco, y así debe ser.
Porque, si somos lo que sentimos,
entonces somos de quien nos hace sentir.
Y déjame decirte algo.
Lo que sentimos, nunca será suficiente.
Al menos suficiente para mi.
Sólo me conformo con lo que nos queda por sentir.
Y lo que nos queda por querer.
Ahora que el pasado no está presente
y ya no importa nada de lo que creí que aprendí
si nadie escoge su suerte
pero yo te seguiría escogiendo a ti.


jueves, 7 de julio de 2016

Cuestión de tiempo.

El amor es cuestión de palabras
pero sobre todo de acción
 saberse en el mismo verbo con distintos tiempos
y querer conjugarlos todos.
Amándonos pretéritos
 desde que nos vimos
sin condicionales,
como no habríamos amado antes
amarnos en nuestro futuro perfecto
como habremos hecho en el ahora de siempre
amarnos como imperativo
categórico:
Amémonos como filosofía de vida.
Amar en todas las formas no personales
como nadie más lo hará jamás.
Pluscuamperfectos
como nos hubiésemos amado
con todos nuestros defectos
y todos los efectos
de amarnos presentes
hasta en nuestras ausencias
siempre subjuntivas
para que nunca lleguen.