jueves, 11 de abril de 2013

Intento no echarte de menos.

Día tras día, intento no echarte de menos. Pero así, a veces, de pronto, por más que me esfuerzo, por más que creo conseguirlo, un tsunami de nostalgia se agarra a mi cuello y me hunde en el mar de tus sábanas de nuevo.
Intento no echarte de menos. Tanto que algunas veces casi olvido recordarte, pero ahí está mirándome a los ojos tu ausencia segundos antes de clavarme en el estómago esa lanza de nostalgia. Sigo sin controlarlo.
Pero no me rindo en intentar decir que no te echo de menos.
 Y en tardes de lluvia como esta mi boca recuerda la tuya, y empieza a trazarse entre mis torcidas líneas las letras de tu nombre. Y lo leo casi sin darme cuenta, aún me desnuda sólo el oírlo.Y me invaden los escalofríos, porque aquí sigue helando, y sigo sin tener tu abrigo.