miércoles, 4 de enero de 2012

Subiendo, como burbujas en el champán.



Vamos, arriba, es la última noche del año. Quiero empezar uno y acabar otro a tu lado. Sé que es imposible, un sueño más, una ilusión, una como tantas de las que últimamente me quitan el sueño. Ilusiones de esas que vienen desde el fondo de mi copa la última noche del año, y suben, describiendo en su trayectoria caminos irregulares, entrelazándose entre sí, apretándose en las paredes de cristal, intentando escapar, uniéndose unas con otras, o solitarias, surgiendo desde el centro y desvaneciéndose al llegar a la superficie. Ilusiones, ilusiones doradas, de oro, de oro como el tiempo, tan efímeras como él, tan fáciles de perder como éste.
Ding, Dong, Ding, Dong...
Campanadas anunciando el paso del tiempo. Otro año más. 365 días más acumulados tras mis párpados, y en mi copa, infinitas burbujas, ilusiones, algunas deshechas, otras aún naciendo, demasiadas acumuladas, con unas incontrolables ganas de escapar de aquí.





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