jueves, 6 de diciembre de 2012

Manos frías buscan corazón caliente que las temple.


Chica de mirada perdida busca alguna capaz de encontrarla. 
Puede ser el corderito asustado que te mira desde el otro lado del salón o ser el lobo dispuesto a comerse el mundo y a ti de postre. Estará dispuesta a seguirte en cualquier locura que valga la pena, te enseñará a volar, pero no dejará que olvides poner los pies en el suelo.
Dicen que anda por ahí con las manos frías y la nariz roja, y que suele hablar de amor con los labios quemados de invierno. 
Cazadora de miradas, dispuesta siempre a dar sin esperar recibir. Es un poco torpe, y las medias siempre se le rompen antes de que acabe la fiesta. No tiene esa melena de anuncio que te morirás por acariciar, ni esas piernas infinitamente largas en las que sueñas despertarte enredado. Su regla de oro son los domingos en pijama, siempre.Prefiere el café solo, a ella el azúcar le empalaga, y el chocolate la pone nostálgica. No llora con las películas, las lágrimas las reserva para las situaciones reales, pero siempre es egoísta a la hora de derramarlas. Adora la música, y despertarse con los auriculares bailando como si nadie la viera, alocada, única dueña de su cama y retratista de sus propios sueños. Le gusta escribir chorradas en post-its y pegarlos en cualquier parte, olvidarse de ellos, y encontrarlos, después, como un pequeño tesoro capaz de pintarle una sonrisa.
Solía ser ingenua, pero la vida le enseñó a dejar de serlo a base de cucharadas de realidad. Le gustaba la Navidad, el calor de la chimenea y los colores de las luces del árbol reflejados en la lluvia.
No le gustan los labios rojos, ni dejar marca, no sueñes ni por asomo con unos labios perfectos y una sonrisa profident, a ella le van más las sonrisas sinceras. 
Quiere querer. Quiere querer pero no doler. 
Quiere lo que todos quieren, no es muy original para eso.

Quiere ser feliz, ¿La ayudas?

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