viernes, 20 de diciembre de 2013

Tregua al corazón.

Ya pasó el momento de hacernos daño, cariño.
 Daño, y otras tantas cosas.
Abandonemos la barricada y dejemos las armas en el suelo, que la guerra acabó hace tiempo y la armadura se nos está oxidando. Enterremos a los muertos, curemos a nuestros heridos.
Recorramos el campo de batalla sin apartar la mirada del enemigo.
Vigilemos sus pasos, sus gestos.
Nos quedan balas para disparar pero preguntamos primero.
No firmaremos la paz hoy, lejos dejamos las banderas blancas de la cama.
Esto es una tregua. Nuestra tregua.
Dejémoslo así.

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