sábado, 3 de marzo de 2012

Te quiero. Estoy segura. Más de lo que he estado nunca.

Te quiero. Te quiero como si mi vida dependiese de tu respiración.
Te quiero como manta para aislarme del frío invierno, te quiero para saborear la mejor curva de tu cuerpo, tu sonrisa.
Te quiero como tentación, como manzana prohibida. Te quiero para pasear por los colores de tu pupila verde y marrón.
Te quiero como refugio, como casa, para rendirme exhausta de vivir en tus brazos y sentir que ahí nada malo puede pasar.Te quiero para devorarte por las noches y acariciarte por las mañanas. Te quiero como polo opuesto, causante de este irreprimible campo magnético que me lleva a ti. Te quiero como niños evadiéndose del mundo, pero también te quiero mayor, anciano e incluso un poco cascarrabias.
Te quiero desde que te vi. Te quise desde la copa de bienvenida hasta el postre. Y lo sigo haciendo. Te quiero incluso cuando no quiero quererte. Te quiero cuando no te merezco, así de egoísta me he vuelto. Te quiero con la mirada perdida en mil ensoñaciones.
Te quiero cuando sueño, para compartirlo contigo, y te quiero cuando tengo pesadillas para que me enseñes a huir de ellas. Te quiero cuando estoy enferma, débil e incluso febril. Te quiero cuando no piensas en mí, cuando ni siquiera te acuerdas de mi nombre.
Te quiero...joder, ¿Por qué? Porque sí. 
Porque lo tenías todo y te negaste a darme nada. Porque contigo aprendí a no tener el control de mí. Porque fui extranjera en tu vida y decidí volverme nativa en tierras desconocidas. Te quiero porque ocultas lo que sientes pero no te gusta que te oculten nada. Te quiero 
porque tú eres tú, y yo soy yo, o quizás porque ya también soy un poco tu(ya).

1 comentario:

  1. Me encanta, me encnata como escribes en serio. Da gusto leerte :)

    ResponderEliminar