Últimamente no se estar sola.
Ni tampoco acompañada.
Últimamente, simplemente,
no se estar.
En mi soledad
tiendo a lanzarme
a un mar vacío de distancias
que ahogan mis penas.
Pero saben nadar.
Y se quedan flotando.
Reflotando cada error. Cada paso mal dado.
Y luego me ahogan.
Me arrastran hasta lo más profundo de mi miserable ser y allí me matan.
Allí me matas.
Y es una bofetada cada una de tus palabras,
un puñal cada una de tus miradas,
y como cadáver,
en este entierro,
sólo quedo yo,
y un sí que nunca llega.
Hay momentos en los que uno no quiere estar solo, pero tampoco quiere estar acompañado.
ResponderEliminarEn esos momentos sólo la música me salva, y los libros.
La música...eterno refugio para todos aquellos que no encontramos dónde quedarnos.
ResponderEliminar