domingo, 8 de julio de 2012

Cómeme.

Se acabó este dar vueltas. Se acabaron las dudas y los miedos. Voy a abrazarme a la seguridad de tus manos y a refugiarme en el deseo de mi cuerpo por el tuyo.
Llévame a tu cielo, ese que tan cerca hemos estado de rozar. Llévame abrazada a ti, pero fuerte, como esas veces en las que nos cuesta respirar.
Vaivenes de tu cuerpo contra el mío que hacen estremecer hasta la más recóndita célula de mi ser, mientras grita, suplica, que quiere ser tuya.
Y se dejará llevar.

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