domingo, 16 de noviembre de 2014

Por qué no nos queremos.

Siempre todo lleno de preguntas en tacones sin ganas de andar buscando respuestas. Por qué no nos queremos más. ¿Acaso no nos sobraban las ganas? Quizás quererse implica no querer perderse nunca. Y nosotros lo hacemos todas las semanas.
El té se enfría rápido si se bebe solo, pero yo siempre fui de bebérmelo antes y quemarme la lengua. La vida a sorbos pequeños nunca es vida.
Es domingo con d de despedida otra vez. Ese día en el que los enamorados pasean cogidos de la mano planeando una vida juntos. Y yo estoy aquí, sentada al lado de la ventana pensando la cantidad de cosas que debería hacer pero no hago. Porque no quiero. Porque no me gusta. Porque nomedalagana de seguir viviendo una vida que escogieron por mi. A la mierda la autosuperación y las expectativas.
Mamá, yo quiero ser artista escribir. Aunque últimamente esté desaprendiendo a hacerlo.
Y es que no hay nada más vacío que esta vida llena de elecciones ajenas.
 Bueno sí, un domingo por la tarde. Ahí te das cuenta que lo único que te queda es salir a correr y no parar, y seguir corriendo durante toda la semana, a ver si pierdes unos kilos y la vida así te pesa menos. ¿Por qué el vacío pesa tanto?
Quizás este hueco en el pecho está lleno de anhelos. De quiero y no puedo. De no quiero aunque podría si quisiera pero no podré porque no quiero. Y yo que sé que más.

Últimamente las cosas no salen bien. Mentira.
Últimamente las cosas no son como yo quisiera. Ahí si hay algo de verdad.
Basta de mentiras complacientes que te pinten como víctima de la vida, del karma o del equilibrio cósmico.
El único que decide tu vida eres tú.

Algo estoy haciendo mal, y esta vez no hablo de escribir.

domingo, 9 de noviembre de 2014

Si no existieras, habría que inventarte.


Querer nunca fue sinónimo de poder,
ni mucho menos de poseer,
pero créeme que mis letras son la excepción que confirma la regla
cuando digo que te quiero,
 que me puedes,
 que soy mucho más suya
que de cualquiera que haya pasado la noche conmigo.
No hay mejor compañía que dormirse en sueños contigo,
que sin estar en el lado derecho de la cama
inundas de calor el costado izquierdo de mi pecho,
y créeme, que ese sitio no es para cualquiera.
Porque una relación sin magia
es una cárcel sin ventanas
y tú, amor mío,
eres una casa de cristal con vistas al mar
en el que aprendimos a no ahogarnos,
y ahora,
sólo nos falta el aliento cuando nos perdemos
entre sábanas de espuma blanca.
Hecho de carne y beso,
 entre tus piernas el pecado capital
y entre las mías la gran manzana,
juntos podríamos ser Nueva York,
elevarnos más altos que los rascacielos
en los poemas de Lorca.
Hazme caso cariño,
cuando te digo que el miedo es como la ropa
 y tú estás mejor desnudo.


Que jodidamente bonito es ser
ese abrazo que nos damos sin rozarnos
esa persona a la que besar cualquier día de mierda por la noche
y sentir que ya es mañana
que ayer sólo eras tú y hoy somos nosotros
y mañana seguiremos siéndolo aunque no te vea.
Aunque no esté.
Aunque no estés.
Aunque no te haya conocido,
                                                    y lo siga haciendo todos los días.


miércoles, 1 de octubre de 2014

Que parezca un accidente.


Y qué hago si no soy perfecta
 y se pueden contar mis errores
 en cada poro de tu piel
y en mis pestañas
cada una de las cicatrices de las lágrimas que lloré,
 y en mi boca hinchada el arma del delito,
en mi retina un pozo negro de luto,
y en el lado izquierdo de tu pecho
 una víctima inocente.
 Herido de muerte, o de amor.

lunes, 29 de septiembre de 2014

Coffee lover.


El buen café es como el amor.
El buen café es el que te cuesta moler,
el que te reconstruye por las mañanas,
el que te cura después de una noche de lágrimas de garrafón.
El buen café es el que invade la casa
y la vacía de vacío
con su aroma intenso.
El buen café se sirve en taza o en vaso, en dosis grandes o pequeñas,
a la temperatura ideal intermedia,
porque el café frío no es café,
el café frío es vacío,
y el café demasiado caliente
termina por quemarnos la lengua y dejar cicatriz.
El buen café se toma con azúcar, porque lo que no mata engorda y la amar(gura) es tolerable edulcorada.
El buen café, como el amor, sabe mejor recién hecho y en compañía.
Odio esa gente solitaria que bebe café recalentado un domingo por la tarde. Odio el amor recalentado.
El buen café te abre los ojos y te hace drogodependiente de la cafeína que te acelera el corazón.
El buen café, como el amor,también se acaba y deja siempre la sensación de querer más a pesar del último trago amargo en el que solo quedan los posos de lo que fue.

Por eso, cariño,
si se nos acaba el café,
o el amor,
si nos quedamos con las ganas,
si te apetece repetir,
quedarte a ver amanecer,
lo volvemos a hacer.

viernes, 19 de septiembre de 2014

Caricias en blanco y negro.

Cógeme con la naturalidad
 con la que coges aire al respirar
 y la intensidad que pones
 en la última embestida.

 Seamos la sexta sinfonía de Beethoven,
 la segunda tragedia de Shakespeare,
 el perfecto desnudo de David,
 el misterio de la Mona Lisa.

Y tócame,
Tócame con la maestría del pincel de Miguel Ángel
contra las paredes de la capilla Sixtina,
como las manos de Vivaldi acariciando las teclas de un piano.
Suave y atrevido  como la pluma de Bécquer.
Tócame y conviérteme en solista en esta ópera privada de pasiones
Tócame y haz mi espalda arquearse como los arcos del puente de brooklyn.
 Hazme arte. Hazme tuya.

.

jueves, 18 de septiembre de 2014

Soledad.

La soledad es
una foto en blanco y negro
el despertador
el timbre mudo del teléfono
la visita del cartero
el café solo
la cama fría
el silencio
el vacío
el invierno
el cine un lunes
el nudo en la garganta
el mar en octubre
la mesa para uno
las ojeras
la falsa complacencia
el delirio
las autocaricias
el libro de poesía
el desamor
el amor
la distancia
el llanto

la libertad falsa de no tener a nadie más que a tu peor enemiga.
Acechándote desde tus entrañas cada mañana.
Vuelas sola.

martes, 16 de septiembre de 2014

Todos los días.

Me enamora tu sonrisa traviesa,
llena de música, letras, arte.
Que a nada le digas que no.
Que compartas conmigo tu locura,
 y  desarmes y rearmes todo,
mis pensamientos, los tuyos,
tu cama, mis complejos.
Me encanta que dudes del mundo,
que no des nada por sentado
pero que te quedes conmigo
todos los días.
Me enamora que empujes tus imposibles
y que empujes los míos,
que me dejes sin aliento,
 que me dejes deseando más
que me dejes empujándote a ti contra mi.
Me enamora que me hagas cómplice de tus planes,
y que esto parezca un accidente
y no un crimen pasional
boca contra boca.
Me enamora que sepas leerme entre líneas,
que entiendas mi idioma sin necesidad de palabras.
Que te rías de mis chistes malos,
que me aguantes la mirada,
que me retes y me secuestres en tu cabeza,
que no me agotes mientras te busco
y en todas partes te encuentro.
Me enamora que te conozcas tan bien que sepas entenderte,
enterderme,
que siempre quieras más de mi.
Me gusta que te descubras,
 y que me descubras a mi.
Que sepas vivir el momento sin matar el tiempo.
Me enamora sentir que contigo me encuentro.
Que contigo soy. Y así, todos los días.

lunes, 1 de septiembre de 2014

Te miro.

Mirarte es un mordisco a la felicidad suave de tu sonrisa
te miro y me acaricia tu mirada
me miras y me arde la espalda,
 y cuando más te miro se me escurre la ropa.
Pestañeo y suspiras,
y la mirada de tu aliento me cubre la cara y me enciende la piel de gallina,
no me tocas, ni siquiera me has rozado, pero me miras.
Y yo te miro,
y siento la poesía entrarme en los pulmones
siento que me lleno de ti y te me escurres entre las manos.
No quiero retenerte,
quiero vaciarte y volver a llenarme de ti.
Quiero seguir mirándote y que me mires,
miradas cómplices del asesinato de distancias
en esta cama que se nos queda pequeña
pero se vuelve inmensa si me faltas.
Mírame. Me encanta lo que haces.
Me encanta tu magia,
la peor de las drogas y el mejor de los vicios.
Me encanta el peligro contigo y no tener miedo nunca
más que de dejar algún día de mirarte.
Y sabes que no hace falta que te lo diga,
porque me miras y me lees
los poemas que aún no he escrito.

Mi retina lleva tatuada el color de tu pupila, 
y entre la ropa, aún puede leerse cómo me miras.

jueves, 10 de julio de 2014

Por amor al arte de verte sonreír.

Contigo he entendido que la magia existe.
Que nace cuando tus dedos rozan un lápiz y retienen el arte
dibujándome la vida de mil colores,
trazándome con tus labios en los míos
una obra maestra de felicidad desnuda.

Que me maten si el amor no es este "querer tenerte siempre",
estas ganas de ser mejor por ti,
de tener los brazos más fuertes para abrazarte mejor
de querer estar más cerca, aún más cerca
tanto que no puedas respirar.
Quiero respirarte.
Quiero llenarme de ti los pulmones,
porque en el corazón ya te llevo,
y en la piel te me has tatuado
con cada beso que aun no me has dado.

Y quiero inspirarte.
Quiero servirte de musa egoísta
en cada una de las obras que hagas.
Quiero acaparar tu inspiración
igual que tú monopolizas las palabras de
mis pobres versos,
como la marea cuando sube y ocupa la playa,
pareciendo no ir a abandonarla nunca.


-

Qué dulces pueden ser
dos ojos amargos de chocolate
en ti.
Cómo se puede abrazar a un corazón
con dos palabras,
dibujar la felicidad sin usar las manos
y acariciarnos el alma con la lengua.
La manera de lanzarse al vacío
o a unos labios llenos de ganas desnudas
debe de ser bastante parecida.
Cómo alguien te puede cambiar la vida
y darte un motivo para creer que
no es necesario hacer daño,
ni que te lo hagan,
que a veces basta con hacer el amor,
o tan solo con sentirlo,
para saber que estás vivo.
La felicidad debe de ser bastante
parecida a ti. A tu vida con la mía.

La felicidad es efímeramente eterna
a tu lado.

martes, 1 de julio de 2014

Amar.

Jamás entendí a esa gente estúpida
que decía eso de
"amor se escribe con h"
hasta que te conocí.
Y es que los poetas son así
de románticos
y  la h estaba
para no dejar amar solamente
y evitar una futura amargura.
Amor, amor,
amor y h.
Yo os declaro marido y mujer
hasta que la vida
os separe.
Amor sin h
es amor desnudo.
Y el desnudo asusta,
enloquece,
enamora,
 no hay nada más terrible que enamorarse.
Ni nada más maravilloso.
Amar sin h, o amar con ella
con él
o sin nosotros.
Amar hasta que la muerte
nos sirva de antídoto para la vida.
Amar hasta quemarnos
a solas,
a medias,
a media luz, digo.
Porque amar,
siempre ha de hacerse por completo.
Como yo hago contigo.
Con cada cosa que dices,
con tu boca,
con tus manos,
con las malditas palabras en las que aun no me cabes.
Amar es eso que yo hago contigo,
y todo eso que tú  haces conmigo.

Y lo que nos queda por hacer.

miércoles, 28 de mayo de 2014

21.

Odio los días como hoy
en los que llueve hacia el vacío
y me río muerta de miedo
llorando por la vida que soñamos tener
hasta la muerte que despertamos sin querer.
Hoy me miro las manos vacías de cariño.
Estoy tan rota que me duele hasta pensarlo
y tan lejos que te tengo a centímetros y ni siquiera me rozas.
Maldita la hora en que poesía para mi fue la forma de tu espalda
y el arte un sitio menos peligroso para refugiarse
que las palabras que se dicen a media luz
y el miedo que solo le tiene miedo
al miedo por temerle.
Desde que se que te vas
 cada día es una despedida nueva
y una y otra vez el mismo dolor
la misma desesperación ansiosa
de querer escribirte
y que le jodan al olvido.
Te seguiré escribiendo con cada una de mis manos,
con el vacío o la plenitud de la nostalgia,
con los labios quemados de frío
con el odio con el que se aman las cosas que no se pueden tener
y una triste resignación en cada llamada que no contestas.
Te seguiré escribiendo hasta que vuelvas con la maleta llena
de mis cartas sin leer
y el corazón con ganas de amarme un ratito más,
y en cada uno de mis suspiros,
un soneto para ti, que no
te gusta la poesía
pero la llevas tatuada en la piel
de la silueta de la espalda.

El arte sin ti sólo es el arte,
y entre versos, 
morirse de frío.

martes, 20 de mayo de 2014

A muerte con la vida.

Luchando entre zarpazos
de esa fiera entre
el recuerdo de unas sábanas
blancas manchadas de guerra,
entre anclas de monedas
en el fondo del más oscuro mar
entre la sangre y la lluvia
del dolor ajeno
entre el sí y el no
de caer o lanzarse
entre la duda y la certeza
de una mente programada
el vacío y la plenitud
de unas manos llenas
vivimos luchando contra la muerte
condenados a la vida.
y viceversa.

viernes, 16 de mayo de 2014

La metamorfosis del amor.

Nació como nacen todas las cosas importantes.
Pequeña.
En silencio.
En una caja de zapatos de alguna niña caprichosa
que soñaba con mariposas
y quizás ya no sea tan niña.
Nació en mitad del frío del invierno
porque no era normal.
Porque no tenía miedo.
Porque lo normal es temerle al miedo,
Porque lo normal es tenerle frío a enero.
Tiñó sus alas de mil colores capaces de brillar
como lo hace una sonrisa sincera
tras una tarde de aguacero
 que cae de unos ojos asustados.
Y de repente nos encontramos cogidos de la mano.
Batió sus alas y fue un huracán que borró
de la vida todo lo triste
todo lo gris
todo lo antes y tan antiguo
que nos hacía sentirnos viejos.
Vivimos mil primaveras a su lado,
o quizás algunas menos,
pero la nostalgia es caprichosa
y siempre puede echar de menos más.
Y ahora llegamos aquí.
Y esa mariposa que nació por casualidad
en el frío de enero
se va.
Vuela lejos. Decidida.
Hacia el lugar donde habita el olvido.
Donde la lluvia no duele.
Donde los siempres y los nuncas son tan relativos
como los tú y los yo
como tus dudas y mis miedos
como tus deseos y mis recuerdos.
Ahora se va, y nos regala su descendencia.
Ahora la mariposa amor
se llama indiferencia.

sábado, 10 de mayo de 2014

Insomnia.

Qué sentimental. Estoy gilipollas.
Detesto cuando acaba la obra
y se me cae la máscara
evidenciando que estoy rota,
entre acto y acto, 
voy de obra en obra.
 A veces una palmadita en la espalda, es un mundo. 
Unas risas bajo sábanas. 
Un momento que solo comprendan dos personas. 
Una noche de desvelos acariciando la piel ajena. 
Unos gemidos, un tacto al tacto, un piel contra piel,
 unos susurros, unos silencios compartidos.
Un hablar de todo y nada,
en el idioma que no comprenden las palabras,
un universo.
 Dejar pasar las horas vacías
 y que por un día, por un momento, 
no sientas que estás desperdiciando el tiempo, sino que, 
al contrario, 
lo estás aprovechando desaprovechándolo,
 pero qué bonita manera de hacerlo. 
Un dormir sobre un pecho desnudo.
Un latir, pensamientos del corazón
en voz alta a ritmo acompasado.
 Que me toquen el pelo.
 Que me besen la nariz.
 Solo por un día, 
 solo por esta noche,
 unas horas compartidas con alguien que no pregunte,
 que no observe y que no analice, 
que no busque palabras,
sino que únicamente se deje deslizar por el silencio. 
No puedo seguir escribiendo,
hoy es una noche de esas tontas,
 ya veis,
parece que los días felices sin motivo aparente
 se han ido para dar paso
 a una soledad abrumadora.

Y en la ventana, el sol, ya se está empezando a reír de mi.

sábado, 3 de mayo de 2014

Carta de no despedida.

Hoy no es nuestro aniversario.
Ni tu cumpleaños.
Ni el mío.
Hoy no tenemos regalos. Ni siquiera nos tenemos a nosotros.
De tantas veces que nos hemos dicho adiós las despedidas han perdido su significado, hemos perdido el sentido, la cordura, y las ganas de seguir besándonos como si fuera la primera vez.
Seguiré mirando al vacío de tus ojos negros. Al fondo, una televisión susurra una desgracia amplificada en tus labios.
Ha chocado un avión. Sin supervivientes.
Qué guapo estás recién levantado.
Llevo la falta que te gusta. Me acaricias la mejilla.
Sonríes y tu boca sube como la espuma de una cerveza
sin desbordar por los ojos.
No me dejas hablar.
No me dejas que te repita que te quiero. Que te sigo queriendo. Como siempre. 
Desde el momento cero, en tus días malos. Que te quiero cuando no quieres que te quiera. Cuando pasas de mi. Cuando te vas de fiesta y no vuelves hasta el día siguiente. Cuando te olvidas que quedamos y te espero en tu puerta por si aún bajas, me sonríes y me cambias la vida.
No me dejas que te repita que te quiero. Que te sigo queriendo. Como nunca.
Desde el momento cero, en tus días buenos. Que te quiero cuando no quiero quererte. Cuando me recojes a la salida y no te espero. Cuando te odio y me abrazas el alma para que no pase frío. Cuando le partes la cara al que se atreva a hablar mal de mi. Cuando me salvas la vida de mi misma y me quieres como nunca me ha querido nadie.
Te acercas. No me besas. Me respiras. Me arrancas la vida y algo se desborda por la herida secreta del lado izquierdo de mi pecho.

"Me voy".
 Chocamos contra tierra. No hay supervivientes.

martes, 22 de abril de 2014

Bese.


Bese cuando la vida le duela
y sienta en el alma ajena
un puñal propio que se clava.
Bese cuando el frío le queme
y no haye más consuelo
que el calor de una boca desconocida.
Bese con libertad, o por rebeldía.
como tú con tu boca contra la mía.
Bese cuando sea más fácil encadenar
versos que besos,
con la certeza de que sus huellas
serán borradas en esta playa de
vaivenes y mareas de bocas extasiadas.
Bese arrancando la tristeza a mordiscos,
convirtiendo cada cumbre escarpada
en un valle cómplice de felicidad.
Bese conquistando el alma,
porque quizás la mirada sea su espejo,
pero una boca es la entrada.
Bese con cariño, con violencia,
bese despeinando, con cautela,
inexperiencia.
Bese con deseo, con coraje, sin miedos.
Bese como si un beso sólo durara un segundo.
Y el siguiente, fuera el último.

miércoles, 16 de abril de 2014

_

Lo que escribo cuando vives
son sólo lineas torcidas
que se escapan hacia el margen
empujadas por el tiempo,
que pasa, fugaz,
sin ti.
Tú, ignorante de mi
realidad,
te resbalas entre las
gotas de tinta
que me caen de los dedos.
Y naces allí.
Y te haces real.
Y más que palabras,
ya somos nosotros.
Torcidos.
Ilegibles.
Empujados por el tiempo
al borde de la página.
Sin posibilidad de retorno al comienzo de la línea.
Sin papel para más.
Sin pausas.
La lectura frenética esta noche
comienza en el borde de un colchón.

domingo, 30 de marzo de 2014

Errores y otras formas de morir.

Últimamente no se estar sola.
Ni tampoco acompañada.
Últimamente, simplemente,
no se estar.
En mi soledad
tiendo a lanzarme
 a un mar vacío de distancias
 que ahogan mis penas.
Pero saben nadar.
Y se quedan flotando.
Reflotando cada error. Cada paso mal dado.
Y luego me ahogan.
Me arrastran hasta lo más profundo de mi miserable ser y allí me matan.
Allí me matas.

Y es una bofetada cada una de tus palabras,
un puñal cada una de tus miradas,
y como cadáver,
en este entierro, 
sólo quedo yo,
y un sí que nunca llega.

viernes, 14 de marzo de 2014

Pongamos que hablo de casualidad.

Pongamos que no nos conocemos,
o que sí
y que quisiéramos no haberlo hecho,
pero no nos arrepentimos.
Porque me arrancaste la cabeza del corazón,
y sólo así aprendí a enamorarme sin razón,
ni motivos,
ni barreras.
Como si no me quemaras,
como si no fueras capaz de darme calor
y así no derritieras mis barreras.
Imagínate que no me muerdes con cada palabra
y me haces pedazos
en cada discurso de sinceridad,
que no arrancas de mi
la palabra perfecta,
en el momento perfecto,
y acabas con mi resistencia.
Porque libertad es gritar tu nombre
y que nadie me oiga,
arrancando de mi boca
 lo mismo que proclamas.
Pero me gusta así.
Yo no te quiero.
Porque querer no es más que un proceso bioquímico,
y lo que hay entre tú y yo va más allá que eso.
Yo sólo doy gracias
 a la vida,
al destino,
 a Dios,
a la casualidad,
 o al error
porque te hayas cruzado en mi camino
y me dejes equivocarme contigo.
Y volvería a hacerlo.
Llámalo suerte,
física,
atracción,
gravedad,
o casualidad.
Entre tú y yo queda prohibido lo imposible.

jueves, 20 de febrero de 2014

Inspiración.

Ella.
La musa que todo poeta desearía.
Inocente sumisa
de felino carácter.
La que teme al tiempo,
y por ello pinta en su muñeca un reloj,
para fingir que así no pasa.
La que te ve sufrir y
sufre contigo antes de regalarte sus manos.
Oh, sus manos.
Las mismas con las que la escriben.

Ella.
Que prefiere masturbarse antes que compartirse contigo.
Puta egoísta.
La que ama a los mundos porque
ven el tiempo y no lo cuentan.
Como ella.
La mentira más increíble que te puedan contar.
Y aún así, te desvives por creerla.

Ella.
Hoja de cuchillo biselada,
capaz de abrir la selva con su lengua,
o tu pecho con una mirada.
La que encuentra en sí misma un
sujeto y un predicado,
un efecto y una causa.

Ella.
Musa caprichosa de insolente mirada.
Libre, inocente, pasional, alocada.
La que con ella trae todo,
y al irse te deja sin nada.
La que conoce la respuesta
cuando tú aún no sabes la pregunta.
La que te enciende y te busca,
y al buscarla te esquiva.


Y aún así, pese a todo, inspira.

domingo, 16 de febrero de 2014

Envés.

Ahora que sopla el viento como ya venía haciéndolo antaño,
 la hoja se gira hacia arriba con toda la rama,
dejándonos ver lo que antes sólo veía la sombra:
Que el envés es tan claro como la palma de una mano que se despide.
O saluda.

domingo, 26 de enero de 2014

Never.


Darte un beso. De los nuestros. De los de verdad.
Esos en los que nuestras bocas gritaban más y el aire sufría hasta desvanecerse en medio del vacío.
Nuestros besos. Tuyos, míos y de nadie más.
Ellos, al igual que tú, tampoco volverán.

jueves, 23 de enero de 2014

Últimas líneas juntos.

Y nos abrazamos tan fuerte, tan profundo, que nuestras almas se chocaron, olvidándose de respirar, hasta que se asfixiaron, quedando como resultado lo que somos: Nada.
Verso acabado. Punto.